El mundo de Kalaran, parece en Leyendas del Sol Negro como la sede original de la secta Mordus y su Ciudadela.
Según La Tumba Estelar:
Los otros mundos que fueron terraformados inicialmente por el primer gobierno humano de Exodus eran la extinta Federación Colonial, Geras, Thalos, Kalaran, Corran, Korban, Martel, Shada, Valindor y la propia Tanis, que siglos más tarde pasó a convertirse en la capital de la Liga de Mundos Libres y en el año estelar de 1156 DE, tras las guerras entre los Kheb y los Estirpe, terminó por transformarse en la capital de la Segunda Alianza de Mundos Libres, bajo el auspicio y tutela del mismísimo Jonah Kheb, que a diferencia de su megalómano hermano, sí cedió el control político y militar a una cámara de notables electos, tras concluir la guerra.
Kalaran, en marcado contraste con Geras, es un mundo rebosante de vida, destacado por sus extensos continentes y mares amigables, adornado con selvas densas y húmedas, y habitado por una diversidad de especies animales y vegetales.
Es la planta que ofrece la esencia de Maná, de la que los maestros clones de la secta reciben el nombre, el único lugar del Exodus donde sobrevive esta especie.
Ellaria Clegane, desde su palacio en la Ciudadela pudo contemplar la llegada de muchas astronaves.
La terraformación de Kalaran, iniciada hace más de quince siglos, no se completó de manera convencional. Aunque el proyecto inicial concluyó con éxito, los Mordus, soberanos de este exuberante planeta verde, continuaron su obra utilizando su avanzada ingeniería genética. No se limitaron a mantener el ecosistema existente, sino que lo enriquecieron activamente, interviniendo y mejorando continuamente las formas de vida de Kalaran, lo que resultó en un planeta que es tanto un santuario natural como un laboratorio de ingeniería biológica en constante evolución.