Continuus Nexus: la urdimbre eterna y sus sagas

Loading

Continuus Nexus: la urdimbre eterna de seis sagas (hasta ahora)

Introducción: el mito del Continuus Nexus

En el principio no hubo palabras, ni memorias que pudieran registrar lo que fue. El Continuus Nexus nació como una herida en el tiempo, una grieta por donde las civilizaciones se deslizaron hacia la ruina y la grandeza. No es un universo: es muchos. No es una historia: es todas. En él, la humanidad se contempla como en un espejo roto, y cada fragmento refleja una era distinta, un linaje condenado, un eco de gloria marchita.

Tolmarher, de forma ininterrumpida desde el año 2014, concibió y extiende este tapiz como lo haría un dios cruel: con mano firme y paciencia infinita. Cada saga es un hilo, y cada hilo se enlaza con los demás en un nudo de inevitabilidad. Allí donde el lector cree descubrir un principio, se encuentra con un final; allí donde parece asistir al ocaso, surge un amanecer teñido de sangre.

Hablamos de space opera, pero también de fantasía oscura, de espada y magia, de demonios surgidos del abismo y de enigmas nacidos de la física cuántica. De civilizaciones que se elevan y caen, de religiones que arden en fanatismo, de tecnologías vivientes y de seres arcanos y eternos que se deslizan a través de infinitas realidades, como peones en una guerra sin fin. Una contienda librada en el filo entre la luz y la sombra, entre los Exo y el Khabal, cuya pugna eterna ha marcado los destinos de incontables mundos. Han sido llamados con muchos nombres a lo largo de los siglos, pero al final, cuando todo lo demás se desvanece, solo quedan ellos.

El Continuus Nexus se alza como un uróboros cósmico, un ciclo de creación y destrucción que se devora y se renueva sin cesar. Sus seis sagas no son compartimentos aislados, sino órganos de un mismo cuerpo que late con profecías, guerras y memorias heredadas. Para recorrerlo, es preciso perder la esperanza de un destino justo, pues la eternidad que aquí se dibuja no conoce la clemencia.

Cada saga es una línea de espacio y tiempo, un cauce propio que fluye entre los abismos del Continuus Nexus. Están conectadas y separadas a la vez, como islas que emergen del mismo océano oscuro pero que conservan sus costas intactas. Cada historia late con un nexo común que las entrelaza, aunque al mismo tiempo se erige como un universo autónomo y autoconclusivo. Por ello, no es necesario recorrerlas todas para comprenderlas: cada saga guarda en sí misma su verdad, aunque solo al contemplarlas juntas se revela la magnitud del tapiz que forman.

La guía oficial de lectura señala el orden en que debe desvelarse este viaje. Lo que sigue es un mapa literario, un relato que conecta los hilos de las seis series ya tejidas (que no serán las últimas): Crónicas de Aqueron, Mesías Rojo, Leyendas del Sol Negro, La Pureza, Khaos y La Senda de las Estrellas.


Crónicas de Aqueron: el despertar en la oscuridad

La historia de Aqueron se abre en un Londres victoriano deformado por la pesadilla. Bajo un eclipse perpetuo, el sol se oculta tras un velo enfermizo, y sobre las aguas del Támesis flota una niebla espesa, verdosa, tan densa que parece hecha de carne podrida y alquitrán. Las Islas Británicas han quedado aisladas del continente, no por mares ni fronteras, sino por el terror de lo inexplicable: la Brecha, una herida abierta en el norte, un resplandor esmeralda en el horizonte que corroe el cielo como un cáncer celeste.

En las calles de piedra y hollín, la peste avanza con pasos invisibles; los enfermos se amontonan bajo mantas húmedas, las ratas corren como heraldos del desastre, y el hambre muerde a pobres y ricos por igual. Pero el verdadero horror no proviene de la miseria, sino de los Regresados: muertos que no aceptaron el reposo, levantados con pupilas amarillentas como ojos de felino, que vagan entre la niebla arrastrando el hedor de la tumba. En sus garras frías y en su hambre sin fin late la promesa de una condena eterna.

En medio de esa desesperación, un símbolo de resistencia se eleva entre las sombras: el HSM Démeter, dirigible de guerra que surca los cielos como un leviatán de hierro y vapor. En su puente, firme como un monolito, se alza Walter Scoth, lidera de la Cuarta Sección de los Scottish Grey. Su misión lo llevará hacia las Islas Orcadas, donde se unirán a hombres endurecidos por la guerra y a un destino que ya nadie puede torcer. Entre ellos destaca Jonah Fox, guerrero marcado por cicatrices y recuerdos, veterano de mil batallas, cuya senda lo guiará más allá de la Brecha y de todo lo que los mortales entienden como mundo.

La travesía del Démeter se fracturará al alcanzar los abismos de Aqueron. Sus tripulantes, dispersos como ceniza en el viento, emprenderán destinos paralelos. Jonah Fox, impulsado por un juramento ardiente, iniciará una lucha imposible contra los Igigi de Morgay, entidades arcanas que devoran mundos y doblegan voluntades. En esa senda lo guiará su anhelo de encontrar a Cinnia McGregor, nombre prohibido en su memoria, amor y condena, cuya sombra lo arrastra hacia la batalla. Allí, entre cenizas y plegarias, se unirá a los cruzados que blanden espada y credo en una guerra santa por la salvación de Aqueron, una cruzada que desembocará en la más terrible de todas las contiendas: Gehena, donde la carne humana se mide contra la voluntad de los dioses oscuros.

Los reinos de Vagarde, Al Semanet, Rocamar y Agarthía, junto con otros aún más antiguos y olvidados, se alzarán como piezas de un tablero cósmico. Reyes y traidores, sacerdotisas y mercenarios, magos y forjadores de tecnologías arcanas, se entrelazarán en una amalgama de destinos cruzados. Cada uno buscará gloria o redención, pero todos acabarán sumidos en el mismo torbellino de fuego y sombra. Entre lanzas y estandartes, entre hechicerías prohibidas y máquinas que sangran vapor y metal, se desatarán batallas que harán temblar los cimientos del universo.

Y en medio de esa danza sangrienta surgirán visiones, fragmentos de siglos venideros: destellos del siglo XX, XXI y XXIII, ráfagas de futuro que revelan cómo los dioses oscuros, los Igigi, han manipulado a la humanidad desde antes de que existiera la civilización. Como pastores crueles, la han guiado con mentiras y terrores, reduciendo a hombres y mujeres a meros cuerpos y almas para ser consumidos como ganado espiritual y carnal.

Aqueron no es solo la historia de un mundo condenado: es el origen mismo de la rebelión. La crónica de cómo los primeros hombres se atrevieron a desafiar a los dioses. Es el génesis de todas las guerras, de todas las sangres derramadas y de cada esperanza quebrada en el Continuus Nexus. Porque la historia de Aqueron es, en última instancia, la historia de la humanidad entera dentro de este multiverso grandioso y trágico, donde cada victoria es efímera y cada derrota resuena en los huesos de la eternidad.

Todos los libros de serie aquí. 


Mesías Rojo: herejía y profecía en Gaia

Si Aqueron fue ruina, Mesías Rojo es revelación. Aquí surge la figura que dará nombre a una estirpe y a un mito: el Mesías Rojo, nacido entre montañas, huérfano de origen y sombra de destino.

La saga nos traslada a un nuevo Aqueron (miles de años después de la serie anterior), mundo quebrado entre religiones, órdenes militares y antiguas hermandades. En su corazón laten las visiones de los Neo-Menoch, monjes que contemplan el universo como una fábula de luces y abismos. Entre sus plegarias se abre paso la profecía: un niño, señalado desde antes de la historia, encarna el futuro de la humanidad y la condena de los dioses.

Los Igigi, los Anu, las memorias de los Señores Primigenios: todo ello se funde con la política podrida de Agarthia, donde el poder se negocia como una moneda de carne. El Mesías Rojo no es un salvador, sino un espejo cruel que refleja el ansia de dominio, el miedo y la fe deformada de quienes lo rodean.

La saga abre el abismo místico que luego devorará a todas las demás. En ella, la humanidad deja de ser protagonista para convertirse en instrumento de fuerzas mayores. El Mesías es carne, pero también es símbolo; y los símbolos, en el Continuus Nexus, nunca mueren.

Todos los libros de serie aquí. 


Leyendas del Sol Negro: el horror cósmico

Leyendas del Sol Negro. Más de dos mil quinientos años después de la huida de la Menta Máquina Axia del sistema solar, cuando el contingente de los Arryn atravesó un agujero de gusano en busca de supervivencia, los últimos restos de la humanidad han prosperado en una galaxia desconocida: el Exodus. Allí, una vasta red de puertas estelares —las Anomalías— conecta mundos y sistemas, sosteniendo el auge de imperios, religiones y amenazas que se entrecruzan en un delicado equilibrio.

En ese escenario, los vestigios de una raza alienígena extinta hace más de un millón de años, los Exo, marcan el destino de la humanidad. Presuntos arquitectos de la red de Anomalías, dejaron tras de sí reliquias imposibles: artefactos dormidos que solo pueden ser activados por quienes poseen un gen único. Ese linaje recae en los descendientes de Isabella Kheb y de sus hijos, Jorah y Jonah: por un lado, los Kheb, guardianes de la Alianza; por otro, los Estirpe, fieros guerreros que forjaron el Imperio. Dos superestados enfrentados en una guerra fría interminable, marcada por siglos de amenazas y silencios rotos.

En medio de ese tapiz colosal irrumpe un contrabandista: el capitán Deckard, acompañado por su androide de combate, Khotor. Guiados por un mapa hacia un sistema olvidado, encuentran lo imposible: una Tumba Estelar Exo. Allí, entre las ruinas de un crucero destruido de la secta genetista Mordus, hallan a una muchacha atrapada en un sarcófago Exo, a la deriva en el vacío. Su nombre es Sael. Y su despertar cambia para siempre el destino de la galaxia Exodus.

Sael porta un gen distinto a todos: no el azul de los Kheb ni el rojo de los Estirpe, sino un brillo verdoso, capaz de activar reliquias prohibidas y desatar un poder cuyo misterio se extiende más allá del tiempo. Su llegada marca el inicio de una saga grandiosa, un relato de imperios, plagas y revelaciones que arrastrará a héroes y villanos hacia el corazón de lo desconocido.

¿Son los Exo los guardianes o los carceleros del destino humano? ¿Qué oculta la paradoja del Salto Cuántico? ¿Quién fue primero, Isabella o Sael? ¿El Arryn nacido de Sael y Actarus, o aquel que dos mil quinientos años antes condujo a la humanidad al Exodus?

Embárcate en esta historia deslumbrante y terrible, donde el pasado y el futuro se entrelazan, y donde una sola vida puede alterar el curso de toda la especie.

Leyendas del Sol Negro prepara el terreno para un choque aún mayor: cuando la humanidad, perdida en los confines del Exodus, ya no sea dueña ni de sus recuerdos.

Todos los libros de serie aquí. 


La Pureza: El dogma

La saga de La Pureza constituye el cuarto gran ciclo del Continuus Nexus y hereda los hilos narrativos de Crónicas de Aqueron, Mesías Rojo y Leyendas del Sol Negro. En ella convergen linajes, facciones y destinos forjados en guerras anteriores, que se entrelazan en un tapiz de poder, fe, herejía y tragedia cósmica.

El eje central de la saga gira en torno a Lys, Suma Sacerdotisa de las Hermanas del Camino de Gehena, destinada a ser poseída por el arconte Baalfegor, lo que dará lugar a la siniestra orden de las Hermanas Oscuras. A su lado se encuentra Silas, Maestro Inquisidor y amante secreto de Lys, cuya relación prohibida enciende nuevas ramificaciones narrativas. Entre ellas destaca la figura de Samoel, Inquisidor Hereje y antiguo maestro de Silas, cuya trayectoria revela los dilemas internos de la Cofradía inquisitorial.

La historia se expande hacia otros escenarios de poder, como la intrincada enemistad entre las casas Medicci y Sforza. El cruel Barón Medicci impone el terror sobre su estirpe, mientras el dux Muzio Sforza y su heredero, Dave Sforza, luchan contra un destino marcado por la sangre. El conflicto se complica con la huida de Sofía Sforza, hija del barón, que rechaza el yugo de su padre y termina enredada en una trama de traiciones, alianzas y amores imposibles. Sobre todos ellos se cierne la sombra de Néstor Sforza, el terrible general que encarna la crudeza bélica de este tiempo.

La Pureza también enlaza con el destino de Riela, antigua Voz de la Conciencia en Leyendas del Sol Negro y líder de los Arcanos. Redimida y transformada en Hermana del Camino tras el perdón de Samoel, será clave al rescatar a Silas en su infancia, cuando la infección de la Baraka amenazaba con devorarlo. Su camino, sin embargo, la llevará a pactar con el Barón Medicci, consumiéndolo finalmente para alzarse como líder de su propia facción.

El eco de las sagas previas resuena en la tragedia de Khadosh, marcado por la pérdida de Charlize y arrastrado hacia la venganza. Esa herida será aprovechada por Abaddón, la conciencia arconte, que lo posee y lo lanza, junto con la colosal Aurantia y sus Neffut transformados en Igigi, hacia la línea temporal de La Pureza. En este viaje lo acompañan las reinas dragón Cinnia y Narfater, símbolos de un poder que trasciende la carne y el tiempo.

La herencia de los Arryn también encuentra continuidad. Tras la victoria sobre el Axia, el hijo de Jeor Arryn —nieto de Sael— halla la exonave de su padre. Su travesía lo arroja, igual que a Jeor, al terrible tránsito espacio-temporal que lo despoja de la memoria, cruzando las sendas de líderes Exo y linajes antiguos que forjarán una nueva estirpe destinada a alterar el curso del universo.

A lo largo de la saga, el lector asiste al despliegue del dogma kurgán de La Pureza, a las intrigas de la Cofradía de Inquisidores, a las guerras de bastiones y al resurgir del viejo imperio en ruinas. Los Kurgán, vinculados en secreto al Axia, revelan sus planes en un escenario donde el fanatismo, la ambición y la herencia genética se entrelazan con las fuerzas insondables del Khaos.

En definitiva, La Pureza es un relato monumental de guerras estelares, conspiraciones dinásticas, luchas religiosas y pactos con entidades arcanas. Sus múltiples líneas argumentales configuran una red donde amor y traición, poder y fe, destino y venganza se funden en un solo clamor: la inevitable marcha hacia una nueva cruzada que decidirá el destino último de la humanidad.

Todos los libros de serie aquí. 


Khaos y Oscuridad: el crisol de todas las guerras

La herencia del dolor. La forja de un linaje eterno. La antesala del Apocalipsis galáctico.

Tras los sucesos de La Pureza, las antiguas pasiones y guerras personales se disuelven en un conflicto mayor. Las cicatrices que dejaron Lys y Silas, antaño amantes, ahora enemigos ideológicos y espirituales, se extienden como llagas sangrantes por toda la galaxia Exodus. Sus nombres aún resuenan en Gehena, en Orión y en los labios quebrados de los supervivientes de los bastiones estelares arrasados. Pero ya no son dueños del tiempo que les fue dado. Su drama se ha vuelto leyenda. Y las leyendas, en el Continuus Nexus, son solo presagios de catástrofes mayores.

Khaos y Oscuridad es la crónica devastadora de esa guerra heredada, una conflagración sin fronteras ni esperanza que arrastra a las grandes casas, a las cofradías inquisitoriales, a las ruinas del viejo imperio Kish y a los últimos fragmentos del linaje humano hacia una última encrucijada. El conflicto se extiende por los sectores de Orión, los mundos del Continuus y los vórtices oscuros donde la realidad comienza a desgarrarse. Mientras las galaxias se separan por la expansión terminal del cosmos, los dioses —los Exo y los Khabal— observan como testigos impasibles el final del ciclo. Porque saben que no pueden detener lo que ha comenzado.

Silas, ya transformado en Kurgán, porta sobre su frente la corona del fanatismo absoluto. Convertido en el azote viviente del Dogma, lidera la Decimosegunda Estrella Repujada al frente de los Señores de Sangre, arrastrando consigo a los Inquisidores y a una legión de mundos conquistados bajo el símbolo del fuego, la cruz y el hierro. Su cruzada no es espiritual, sino imperial: una marcha genocida destinada a establecer la hegemonía del Profeta del Kurgán y sus pretores, quienes con mano de hierro extienden la doctrina del Elixir y la resurrección condicionada… o la muerte.

Pero no es el único que reclama el poder en este ocaso sangriento.
Desde el abismo del Khaos, Lys-Baalfegor, emperatriz inmortal de las Hermanas Oscuras, extiende su imperio sacrificial desde Gehena, bañando los sistemas periféricos en ritos antiguos y pesadillas vivientes.
Khados, el Mesías Rojo, ha desaparecido, pero sus hijos —los Neffut, deformados por la venganza y la genética— combaten bajo su estandarte caído.
Y en el corazón del drama, Riela, la antigua Voz de la Conciencia, ha consumido a sus enemigos y edificado un Imperio Arcano, nutrido del ejército reconvertido de los Médici y de los restos psíquicos del suceso cósmico de Venetto.

Las Casas Médici y Sforza, una vez rivales por la gloria de Orión, han caído en decadencia, sus herederos atrapados en pactos oscuros, alianzas quebradas y lealtades volubles. Pero no todos han sido derrotados. Sofía Médici, figura quebrada por la guerra, buscará redención en las ruinas de Antea Solaris, donde resurge un último pacto entre las cenizas de un mundo libre.

Bajo el velo de esta guerra total, el auténtico destino de la humanidad se gesta en secreto. El hijo de todas las líneas: el Señor de Orión. Fruto último de la conjunción genética entre los Arryn, los Sforza, los Médici y la simiente sagrada de Khados, este niño —forjado en la tragedia y concebido en la guerra— porta en su sangre la herencia de todos los imperios, todas las traiciones y todas las esperanzas. Sobre él caerá el peso final de la historia humana.

Y mientras los frentes se consumen, el Continuus se convierte en un campo maldito. La Brecha, que allí aguarda, respira como una herida estelar aún no cerrada. Guardada por la enigmática Guardia del Nexo, su apertura sellará el destino de toda forma de vida.

En los márgenes del tiempo, cuando ya no hay imperios ni familias, y cuando el amor entre Lys y Silas no es más que un eco perdido entre ruinas, solo queda el monstruo. Un ente cósmico de dimensiones inimaginables, nacido del colapso final, cuando Reimius, desde la galaxia Eternum, detona las Tablas del Destino, sellando así la Conjunción Infernal y marcando el principio del fin.

Porque en el Continuus Nexus, la muerte es apenas un umbral.
Y el Khaos, su verdadero dios.

Todos los libros de serie aquí. 


La Senda de las Estrellas: el Explorador Oscuro

Y tras el Khaos… solo queda el eco.
La Senda de las Estrellas abre la última frontera: el viaje del Explorador Oscuro y de los exomantes que se atreven a guiarlo por los restos del tiempo y la memoria.

La Conjunción Infernal quebró la realidad, fusionando incontables líneas espacio-temporales en una única herida. La humanidad fue lanzada, rota y dispersa, hacia un destino inabarcable: la galaxia Eternum, tan alejada en el futuro que ni siquiera las otras galaxias pueden ya ser observadas. Allí, en el último pliegue del cosmos, comienza esta saga: diez milenios estándar después de la llegada de los humanos procedentes de las diferentes líneas espacio-temporales.

Un nuevo universo se alza —retorcido, sombrío, fruto de mutaciones genéticas, injertos culturales y reliquias tecnológicas del Khaos y del Exo— donde ya nada es lo que fue… y lo que fue jamás será comprendido del todo.

Aquí surge Kynes, cazador de demonios, vagabundo entre mundos, marcado por la espada maldita de Abaddón. Le acompañan Esquilo, el niño sin herencia, y Mayra, la exomante de mirada azul, hija de un poder que ya no pertenece a los hombres. Guiados por , avatar de la entidad que una vez fue el Axia y el Profeta, cruzarán umbrales de locura, realidades inducidas y ruinas titánicas de civilizaciones que desafiaron a los dioses… y perdieron.

En La Senda, los Exo ya no son reliquias: son senderos vivos, templos conscientes, herencias que eligen, absorben y transforman a quienes se acercan. El Explorador Oscuro no es solo una nave: es una voluntad estelar, un Arca sagrada que contiene preguntas que ningún humano debería formular… y respuestas que ningún humano debería recibir.

Desde Nod, mundo natal envuelto en oscuridad, hasta los límites del pensamiento, sus viajes les llevarán a enfrentarse a los Señores del Crepúsculo, siervos del temido Khabal, cuyo propósito sigue siendo desconocido, pero cuya sombra lo cubre todo.

La Senda de las Estrellas es la culminación de todas las sagas. Pero no su final. Porque cada paso más allá de la luz, revela un abismo. Y cada nacimiento, cada criatura gestada en el vientre de Eternum, podría ser redención… o el anuncio de una condena aún mayor.

Todos los libros de serie aquí. 


Llama y Ceniza

Perdido en el Eternum…
En el mismo Eternum de La Senda, pero en un planeta olvidado y en un tiempo indeterminado.

En la ciudad escudo de Constanza, enterrada bajo la niebla de ceniza, los nobles se encierran en torres oscuras mientras los mineros de hueso se consumen en túneles infinitos, arrancando del abismo lo que aún sostiene a la urbe. La ceniza lo cubre todo: calles, cuerpos, recuerdos. Es el aire que se respira y el velo que oculta una verdad antigua, tejida en historias que sobreviven junto a los hornos apagados.

Bajo la montaña laten horrores y dragones colosales, sobre cuyos lomos enteros clanes han levantado sus campamentos. No son bestias domesticadas, sino titanes vivos, más viejos que los imperios de los hombres, cuyo rugido estremece la roca y las almas por igual. Su despertar no traerá salvación, sino el anuncio de una nueva era.

En este mundo al borde del derrumbe, tres destinos se entrelazan: Clea, la joven Oráculo de cabellos blancos, atrapada entre la fe y la condena; Django, el insolente zíngaro de la Luna Roja, marcado por una sangre tan antigua como los dragones; y Duncan Margrave, jefe de la guardia, cuya espada sostiene el último equilibrio de un orden que se resquebraja.

Llamas y Ceniza es el inicio de una saga oscura y monumental, donde fuego y ceniza se disputan el futuro de la humanidad, y cada elección pesa como un juramento sobre el filo del abismo.

Aunque forma parte del multiverso del Continuus Nexus, esta serie puede leerse de manera independiente.

Todos los libros de serie aquí. 


Conexión entre sagas: el tapiz indivisible

El Continuus Nexus no puede entenderse como seis historias aisladas, aunque se puedan leer por separado y sin preparación previa. Es un tejido, un tapiz indivisible.

  • Crónicas de Aqueron forja la ruina inicial, el eco de los Constructores.

  • Mesías Rojo convierte esa ruina en mito y profecía.

  • Leyendas del Sol Negro despliega la herencia en el espacio interestelar, donde el horror y la política se funden.

  • La Pureza dogmatiza esa herencia, la convierte en inquisición y en guerra santa.

  • Khaos disuelve todas las fronteras y muestra que todo está condenado a repetirse.

  • La Senda de las Estrellas eleva la pregunta final: si el viaje es redención o solo otro giro en la rueda del uróboros.

  • Llama y Ceniza, es un espacio en blanco en las sagas, un mundo pérdido en el espacio y el tiempo del Eternum, donde la niebla y los dragones gobiernan el mundo.

Enlace tras enlace, linaje tras linaje, profecía tras profecía, el Continuus Nexus se construye como una serpiente eterna, que no devora para destruir, sino para renacer.


El Continuus Nexus como uróboros cósmico

Al cerrar cada una de sus sagas, el lector cree haber llegado al final de un camino. Pero en el Continuus Nexus, los finales nunca son finales. Todo retorno es comienzo, y todo nacimiento es ya ruina.

El Continuus Nexus es espejo y es tumba. Es profecía y es engaño. Es el grito de un niño en Gaia, el rugido de un inquisidor en Kurgán, el silencio de un mercenario en Bastida Prime, el corte de una espada maldita en Thyara.

Seis sagas. Seis órganos de un mismo cuerpo. Seis notas de una misma melodía que no cesa. Y en su centro, un lector convertido en testigo y en víctima, arrastrado por un río de oscuridad que jamás concede reposo.

Quien se adentre en el Continuus Nexus comprenderá que no está leyendo novelas, sino asistiendo al destino mismo de la humanidad profetizado por Tolmarher. Un destino escrito en ruinas, en fuego y en sangre. Un destino que no ofrece salvación, porque en este multiverso no hay piedad.

La guía oficial de lectura es el mapa. Pero el viaje, lector, será siempre tu condena o tu salvación.

error: Content is protected !!